martes, 3 de mayo de 2016

Auschwitz-Birkenau


Buenas noches chicos/as.
Hoy ha sido uno de los días en los que más emociones hemos experimentado a lo largo de este viaje, hoy hemos visitado los campos de concentración de Auschwitz-Birkenau. Los pelos de punta, es todo lo que podemos decir, no hay manera de entender cómo las personas pueden llegar a comportarse de ese modo.
Al organizar el viaje teníamos claro que si visitabamos Cracovia, el campo de concentración de Auschwitz-Birkenau era una visita obligatoria ya que es parte muy importante de la historia, así que esa ha sido nuestra visita de hoy.

La visita la concertamos ayer con una agencia de turismo, ellos se encargaron de recogernos en un autobús que vino a buscarnos a la misma puerta del hostal y a la vuelta nos ha dejado aquí también. Como desde Cracovia hasta el campo hay cerca de 1h 30 min, los chicos de la agencia nos han mostrado un documental para ponernos en situación de lo que allí íbamos a ver, más o menos todas teníamos una idea de lo que allí había ocurrido y como es, por la imagenes que hay por internet y documentales que nos han mostrado en el instituto, pero ahora que realmente lo hemos visto, la concepción que teníamos ha cambiado completamente, nunca te puedes imaginar realmente lo que allí se vivió.

Una vez hemos llegado al campo, nos han dejado un poco de tiempo para que comiéramos algo antes de empezar el tour, allí nos hemos reunido con más gente que también estaba con la misma agencia. Una de las cosas que más nos ha llamado la atención es el control de seguridad que hay que pasar para poder acceder a las instalaciones. Una vez hemos pasado el control la chica nos ha explicado que ella hablaría y todos por una especie de radio seguiriamos la explicación.

La experiencia de estar allí es algo que no se puede describir, ya desde el momento que cruzas la puerta, que todos hemos visto alguna vez en películas o algún documental, se te eriza la piel y más como nos lo explicaba la mujer. Después de saber el significado que tiene la frase allí escrita “Arbeit macht frei” en alemán: “El trabajo libera”, te parece una burla para las personas que allí iban, ya que estas iban completamente engañadas.


Allí nos hizo un recorrido por las diferentes estancias de las que se compone el campo de Auschwitz, en cada una de ella hay un trozo de historia explicado, en algunas de las habitaciones vimos muchos de los enseres personales que llevaron consigo las personas para vivir, en otras vivos la ropa con la que llegaban antes de ponerles el “pijama rayas”, en otra sala, en esta nos prohibieron sacar fotos, había pelo humano y las mujer nos ha explicado para que se destinaba todo el pelo. A nosotras la sala que más nos ha impactado ha sido en la que se muestran todos los objetos personales de los niños pequeños, este ha sido una de las peores sensaciones que hemos experimentado estando allí, solo de recordarlo se nos llenan los ojos de lágrimas.

Objetos de los niños


Algunos de los pijamas allí expuestos































Siguiendo por la ruta, hemos visitado las recreaciones de cómo eran las habitaciones y los baños que habían, también hemos visto algunas celdas en las que se les castigaba y el muro donde fusilaron a muchos de ellos. Después de esto hemos llegado a las cámaras de gas, de aquí poco podemos decir solo que no hay nadie en este mundo que se merezca el trato que les daban a las personas allí. Por lo que nos contó la guía, aquella era una de las pequeñas, que las más grandes se encontraban en Birkenau.

Algunas de las maletas donde llevaban sus cosas


Botes que contenían el gas

Al terminar la visita de este campo, nos han llevado al de Birkenau, este se encuentra a unos 20 minutos en autobús del anterior. Este es infinitamente más grande que el primero, por lo que la mujer ha explicado que el otro era como si fuese de pruebas y este donde se realizaba todo. En él hemos visto la vía del tren desde la que llegaban “los cargamentos” y se separaban a los hombres de niños y mujeres. Dentro del campo hay un memorial por todo lo ocurrido en el que se pide que esto no vuelva a ocurrir, está escrito en seis lenguas distintas. Allí hemos visitado uno de los crematorios que los mismos nazis destruyeron, todo lo que quedaban eran las ruinas de este. También las habitaciones, por llamarlas de algún modo, donde la gente vivía y los baños que usaban. Durante la explicación uno de los datos que nos ha llamado la atención es la normativa que tenían para usar los baños, solo tenían permiso para usarlos dos veces al día y con un tiempo restringido, si lo usaban más de lo permitido recibían castigos inhumanos.



La vuelta al hostal no ha sido tan animada como la ida, ninguna tenía ganas de expresarse, hemos quedado bastante afectadas por lo que hemos visto. En total han sido 6 horas de visitas, 3 horas de transporte y 3 horas allí dentro. Con esto damos por terminada nuestra experiencia por los campos de concentración, esta es una visita obligatoria que se debe hacer si visitáis Cracovia. Ahora os dejaremos algunas de las foto que hemos tomado allí dentro.







Neus, Laura, Isabel, Eva y Gloria.



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